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Pablo Villalobos, el atleta inquieto
Nacido en Almendralejo, formado en Mérida desde la adolescencia y ahora residente en Madrid, Pablo Villalobos se ha convertido a sus 35 años en todo un referente del atletismo, maratón y deporte español. El extremeño se acaba de proclamar subcampeón de España de Maratón tras más de 2 años después que disputara su anterior encuentro con Filípides en el Mundial de Daegu.
Este mérito no es en sí extraordinario, si no es por la circunstancia que Pablo hace de su vida un contínuo maratón, que en su día a día transcurre contrarreloj, haciendo de cada minuto un tesoro irremplazable. Con sus defectos, es el ejemplo de que sí se quiere se puede.
Campeón de España maratón. Sevilla 2011
Su cabeza centrifuga casi más rápido que sus piernas, es hervidero de ideas y proyectos que en ocasiones consigue llevar a la práctica, como la Liga Virtual de Campo a Través que por años nos entretuvo o la reciente iniciativa del Album de cromos, aún en proceso – que ahora con el descanso postmaratón tendrá más tiempo para mandar a la imprenta -. Pablo, podría exprimir mejor su tiempo si consiguiera una mejor organización, aún así compatibiliza su trabajo en el Programa de Ayuda a Deportistas (PROAD), con los entrenamientos de una atleta de élite y sus funciones como representante de altetas en la Asociación de Deportistas, cargo sin ánimo de lucro. Mantiene activas las redes sociales así como su blog con constante y valiosa información, en muchas ocasiones recopilando datos estadísticos. Las tareas familiares no escapan a su rutina, atendiendo sus obligaciones como padre y entrenador de su cuñada – la que escribe -.
Pablo, Amaya y Tamara, previo al maratón Berlin 2011
Si se quiere se puede
Muchos pudieran argumentar que su rendimiento deportivo aumentaría si se centrase al 100% en su carrera deportiva. Es una sensata elucubración, que no podríamos probar. Los resultados de un atleta de élite dependen del equilibrio entre su estado físico y mental, los problemas y las lesiones que conlleva el deporte profesional a veces rompe esa armonía, lastrando consecuentemente la forma física. Sus inquietudes y ocupaciones en otros ámbitos pueden contrarrestar los malos momentos deportivos manteniendo ese equilibrio.
Amaya y Tamara 